Brasil (I): Río de Janeiro.




(Foto: Playa de Copacabana)

He de reconocer que, cuando finalmente se eligió el destino de nuestro viaje de 2019, yo no las tenía todas conmigo. ¿Brasil?.
Sí, un país enorme, lleno de lugares maravillosos, pero…
El “pero” surgía, evidentemente, por la cuestión de la seguridad. ¿Era Brasil un destino seguro para viajar?
Yo ya había estado en 1994 en Río de Janeiro durante día y medio, y mi experiencia no había resultado muy agradable. No porque hubiéramos experimentado ningún robo o asalto, sino por la permanente sensación de inquietud y desasosiego que presidió nuestra visita.



Quizá fue culpa del guía, una persona demasiado brusca en su forma de actuar, que nos reprimía cualquier intento de salida del plan rígidamente establecido, aunque se tratara de algo tan 
-aparentemente- inocuo como pararse a hacer una foto o intentar entrar en una tienda a comprar una camiseta. Quizá fueron sus recomendaciones de seguridad, un tanto “intensas”. O la forma en que se desarrolló la visita: una vuelta panorámica, con paradas sólo a hacer fotos en puntos concretos, y un espectáculo de samba, del que nos recogieron en cuanto terminó, sin dejarnos ni tomar una triste cerveza en la barra.
(No le juzgo: quizá el hombre había tenido recientemente alguna experiencia desagradable con robos o similares, o quizá la situación estaba peor en aquellas fechas. Pero lo cierto es que la visita no nos gustó).


(Foto:Barcos en el barrio de Urca)

Así que, con esos precedentes, comprenderéis que no tenía yo muy claro si el viaje de este año me iba a compensar o no. Pero había habido votación, y mi opción había salido perdedora, así que una, que es demócrata, pues no tenía otra opción que acatar el resultado “de las urnas”.
Y debo deciros que, afortunadamente, me equivoqué.


(Foto:Cartel en el Pan de Azúcar)

Que mi recomendación, ahora, es la siguiente: si podéis, ID A BRASIL.
Ojo: no estoy diciendo que no haya peligros. En absoluto. Brasil no es, obviamente, Japón. Ni Canadá. Ni Europa.  Hay zonas peligrosas (algunas, mucho), hay situaciones que se deben evitar. Pero, con unas elementales precauciones de seguridad, que ahora comentaré, se puede disfrutar de un viaje espectacular.


Mi primera recomendación: haced caso a los consejos de los “locales”. Normalmente, los guías, el personal de los hoteles... os aconsejarán dónde NO ir, qué zonas es conveniente evitar y a qué horas, y dónde es seguro acudir.
De hecho, el guía nos comentó -y después lo he ido confirmando en distintas "fuentes"-que había que evitar la zona norte de la ciudad, más allá de Maracaná. Y que el centro histórico, de día, no presenta problema alguno (salvo el ocasional "carterista"), pero que de noche conviene evitarlo.


(Foto: calle del centro de Río)

Otros consejos:

1)Procurad no ir “de guiris”; es decir, no vayáis proclamando a los cuatro vientos que sois turistas. No vayáis con un pedazo de cámara colgada del hombro: mejor llevarla de manera discreta en una mochila o riñonera, sacarla para hacer las fotos, y guardarla pronto. En cuanto a los teléfonos, pues mejor no exhibir móviles caros, y, si los usáis para hacer fotos, guardadlos rápido.

2)Vestid al estilo brasileño: ropa cómoda y veraniega, chanclas. Llevad riñoneras o bandoleras cruzadas mejor que bolsos al hombro. Si lleváis mochila, mejor por delante. Y es conveniente no utilizar prendas con logotipos de marcas "caras" demasiado grandes o visibles.


En cuanto al “joyerío”, hacedme caso (y quien me conoce sabe que me encantan las joyas): Oro NO (pero "no" es NO, de verdad),  Joyas ostentosas o llamativas, NO, ni tampoco bisutería que parezca oro (el ladrón no se para a distinguir). Si os gusta llevar algo, usad cosas de cuero, piedras semipreciosas,  o plata no muy llamativa. 
Lo mismo sirve para los relojes: NO relojes caros, mejor uno baratito de plástico.
(Si os fijáis en mis fotos, veréis que llevo cosas puestas, porque me cuesta no usar nada, pero son de cuero, bolitas de vidrio, hilo, piedras...).

3) No es muy recomendable sacar dinero de los cajeros automáticos en la calle, a no ser que se trate de zonas muy concurridas, y siempre de día. Es preferible cambiar el dinero en el aeropuerto, o en los hoteles, o pagar con tarjetas. Se aconseja también llevar poco dinero encima, aunque sí conviene tener a mano algo para el caso de que nos roben. 
Si no queda más remedio que llevar bastante dinero (por ejemplo, cuando nos vayamos a marchar, o a la llegada), utilizad monederos ocultos, de los que se llevan por dentro de la ropa o en la cintura.

Sobre los taxis, salidas nocturnas, y demás, ya iremos comentando según los sitios.


(Foto: Atardecer en Copacabana)

Nuestro viaje tuvo cuatro etapas, muy diferentes unas de otras. Vamos a empezar por lo más “turístico”: Río de Janeiro.

Ya he dicho que conocía un poquito la ciudad. Pero me he alegrado mucho de haber vuelto: en la primera visita apenas pude apreciar nada, ni tampoco  lo disfruté, y ahora me ha encantado.
Nos acompañó el tiempo: tuvimos unos días despejados y -dentro de lo que cabe-no terriblemente calurosos. Salvo el primer día, que estaba nublado.


Ese día, unos acudieron a un club de yates...


... para tomar un pequeño barco que habíamos reservado, y hacer un recorrido por la bahía de Río.  



Los que somos más “de secano” hicimos un recorrido por un barrio muy especial de Río: el barrio de Urca.


Este barrio está muy cerca del Pan de Azúcar (en realidad, el Pan de Azúcar está prácticamente en el propio barrio), pero merece la pena visitarlo por sí mismo.
Es un barrio residencial, lleno de casas bajas, de arquitectura, en general, tradicional, y muy tranquilo. Y es el punto en el que nació la propia ciudad.


En él tienen su residencia personajes famosos, como el cantante Roberto Carlos. Es un lugar lleno de calma y encanto.
Una de sus calles principales es un paseo frente al mar, muy agradable. En él se encuentra un bar-restaurante muy conocido y tradicional, que se llama como el propio barrio: "Bar Urca".
Tiene una zona de restaurante, con mesas, y una de bar que da a la calle. 


En el bar no hay mesas para sentarse, pero es costumbre que los clientes compren la bebida y comida en el mostrador y se sienten a tomarlo en el muro de piedra que hay justo enfrente, y que da al mar.

Aquí vemos algunos de los aperitivos y pasteles salados que venden (hay pasteles de bacalao, de marisco, de queso, de carne...).


(Por cierto, aunque en el mostrador no salen, me quedé enamorada del pão de queijo (pan de queso). He encontrado aquí la receta, aunque no sé si atreverme a hacerlos, porque son un peligro, se comen solos, jajajaja.
Aquí vemos el antiguo edificio del Casino de Urca, hoy cerrado y en remodelación.


Ese mismo día, y ya reunidos los grupos "marítimo" y "terrestre", volvimos hacia el hotel, situado en la playa de Copacabana, más concretamente en Leme. Se llama Hotel Arena Leme, es de 4 estrellas, y tiene una situación inmejorable, en primera línea (si podéis, pedid que os den habitaciones con vistas a la playa, aunque son más caras). Los desayunos, estilo buffet, son estupendos. E incluso nos prepararon, el último día, un desayuno bastante completo, teniendo en cuenta que salíamos a las 4 de la mañana.
Y continuamos nuestros paseos: recorrimos (caminando por el paseo marítimo) la playa entera, que mide en torno a 4 kms, hasta llegar al Fuerte de Copacabana.


Este fuerte estuvo "operativo" hasta 1987, fecha en la que se convirtió en museo.
En esta zona se encuentran también varios cafés muy agradables para tomar una infusión, refresco, cerveza o caipirinha, y picar algo si se tiene hambre.


Desde estos cafés se disfruta de unas inmejorables vistas de la playa de Copacabana, aunque, como ya os he dicho, ese día estuvo un poco nubladete.
Volvimos al hotel caminando. Aún no era tarde, en torno a las 8 de la noche... pero ya empezaba a cambiar un poco el ambiente de la zona (a peor). La mayoría de los bares del paseo estaban recogiendo, y quedaban pocos clientes.
De hecho, se recomienda pasear, o quedarse a tomar algo, hasta las 9 de la noche. Después, no.
Yo no puedo confirmarlo, no salí. Algunos amigos se quedaron a tomar copas, pero en la terraza del hotel.
El paseo, sin embargo, es de lo más agradable por el día. Cerca del hotel, al final de la playa, nos encontramos con el Paseo de los Pescadores y el Mirador de Leme, un lugar ideal para tomar unas fantásticas fotos de Copacabana (y para pescar, claro). Nosotros creíamos que rodeaba la roca entera, el "Morro de Leme", pero no, no es demasiado largo, termina enseguida.


La playa, por supuesto, es espectacular. Las imágenes lo dicen todo...


Aunque, por supuesto, no debemos olvidarnos de la playa de Ipanema, tan espectacular como Copacabana. 
(Esta foto la he tomado prestada de una amiga).


Y vamos a seguir con dos de los atractivos turísticos más destacados de Río: el Corcovado y el Pan de Azúcar.
Empezaremos con el Corcovado.



Todo el mundo conoce, por supuesto, la gigantesca estatua de Cristo Redentor. Lo que yo no sabía es que está "hueca" por dentro, que se puede visitar (teóricamente, puesto que no está abierta al público). Dentro de la estatua hay una escalera, pero sólo suben los encargados del mantenimiento, los trabajadores que tienen que realizar alguna reparación, o algunas personas con permiso especial).
Resulta impresionante por sus enormes dimensiones (30 metros de altura, más 8 m. de pedestal). 
Tan grande, que se aprecia a muchísima distancia, desde cualquier punto de Río (esta foto está tomada desde Copacabana).


Eso sí, si queréis haceros la tradicional fotito con los brazos en la misma posición que el Cristo, preparaos: está siempre lleno de turistas, sea la hora que sea y el día que sea (de hecho, la que yo tengo no la pongo porque es "foto colectiva" del grupo, jajajaja).
Para llegar hasta la estatua, tomaremos el "Tren del Corcovado", tren que ya subía a lo alto del Morro del Corcovado antes de que se colocara la estatua, cuando sólo se utilizaba como mirador.
Esta es la estación de partida, con banderas de todos los países.



Y éstos son los trenecitos rojos que subían antiguamente. Ahora son trenes mucho más modernos.


En las laderas del cerro del Corcovado se extiende el Bosque de Tijuca, hoy Parque Nacional de Tijuca, que fue reforestado en el siglo XIX.
El tren nos dejará en un punto cercano a la estatua,  aunque hay que subir un poquito (pero poco).



Las vistas desde arriba son increíbles, espectaculares. Tuvimos, además, bastante suerte, porque, como podéis apreciar por las fotos, el día estaba bastante claro, sólo con una pequeña neblina lejana.



Uno desearía poder gozar de un poco más de calma... pero es lo malo de estos lugares tan turísticos: hoy por hoy, es imposible visitarlos sin tener que soportar masas de gente.
No sé si es positivo o negativo, pero es lo que hay. A lo largo de este viaje, ya visitaremos sitios más tranquilos y menos masificados.


Y ahora, nos vamos al Pan de Azúcar. Otro lugar con vistas también espectaculares, y al que, en este caso, se accede vía teleférico, con dos estaciones.

La primera parada nos deja en el Morro de Urca, con miradores muy amplios.


...desde donde podemos disfrutar de espectaculares vistas de Río.

Vista del segundo teleférico.


Y la segunda parada ya nos deja en el propio Morro del Pan de Azúcar.


Las imágenes hablan por sí solas.


En ambas "estaciones" encontraremos bares, comercios (joyerías como Sauer, tiendas de recuerdos, una tienda de "Havaianas"...).
Hay incluso un helipuerto, desde donde despegan los helicópteros que realizan vuelos panorámicos de Río.
Y podemos tropezarnos incluso con espectáculos de samba (pelín turísticos, eso sí, jajaja).



Pero no sólo hay vistas espectaculares en Río. También hay huellas de su pasado colonial, como, por ejemplo, el Monasterio de São Bento, de estilo barroco.
Por fuera, sus líneas son sobrias y clásicas.


Pero, por dentro, es una explosión barroca en todo su esplendor.



El barroco brasileño es muy, muy recargado, con profusión de dorados, y auténtico "horror al vacío": paredes, columnas y techo están cubiertos de madera tallada y pan de oro, alternando con columnas de mármol y pinturas en las bóvedas. 
Un detalle de las tallas en madera.


Y una estatua del santo (San Benito, en español).

Un lugar que no nos debemos perder. Además, en él se siente una gran tranquilidad, y no está tan repleto de turistas como otros puntos de Río, lo cual se agradece mucho después de las "masas" del Corcovado o Pan de Azúcar.
Teóricamente, no se debe entrar en pantalones cortos o tirantes, pero creo recordar que varios del grupo llevaban pantalón corto, o falda corta, y no tuvieron ningún problema. Pero, bueno, es conveniente saberlo, por si acaso.

Observaréis que no he hecho referencia a las favelas. 


Y es que no fuimos a ninguna. A ninguno del grupo -respetando, por supuesto, a quienes opinan diferente, y consideran que es algo que define a Río y que se debe conocer- nos gusta el "turismo de pobreza". Y, aunque es evidente que constituyen un rasgo característico de Río y otras ciudades brasileñas;  y, de hecho, uno se las encuentra por toda la ciudad, justo al lado de barrios residenciales (esta foto está tomada desde la ventana de mi habitación del hotel, en primera línea de la playa de Leme-Copacabana, y las casas de al lado nada tenían que ver con una favela), no quisimos visitarlas.
Ahora mismo -año 2020- existen varias favelas "pacificadas", que teóricamente se pueden visitar sin problema alguno, y muchas agencias que organizan excursiones y visitas guiadas. Por eso, si a alguno os interesa, las podréis visitar con bastante facilidad.
No obstante, por todas las referencias que tengo, yo no recomendaría a nadie que se meta a explorar una favela por su cuenta, por muy pacificada que esté. No son lugares en los que uno pueda desenvolverse con soltura si se organiza algún jaleo.

Cambiando radicalmente de tema, vamos a hablar un poquito de compras. Aparte de las habituales tiendas de marcas internacionales, como en cualquier otra ciudad, en Río existen algunos productos muy característicos, como son las chanclas, especialmente las de la marca "Havaianas".
Aunque también las venden en España, aquí tienen muchísima más variedad, los modelos más actuales, y también ediciones de chanclas "para frikis", con temas como Star Wars, Harry Potter, Juego de Tronos, Los Simpson... También personalizan las chanclas con distintos accesorios.
Y venden llaveritos con la chancla, como éste.

No os indico direcciones, porque hay muchísimas tiendas de esta franquicia, tanto en Río como en Salvador de Bahía, y también en los aeropuertos de Sao Paulo, Río...
Concretamente, en Río, además de otras muchas, hay dos tiendas en el centro y una en el Morro de Urca, primera parada del teleférico del Pan de Azúcar.

En otro orden de cosas, si os gustan, como a mí, las "piedras" en todas sus variantes, desde joyas hasta minerales en bruto, Brasil es vuestro sitio. Encontraréis auténticas maravillas.
En otros puntos del viaje, como las Chapadas Diamantinas, venden minerales a muy buen precio (eso sí, no os emocionéis demasiado, que después el peso de los equipajes se dispara, jajajaja).

Aquí, en Río, también los hay, pero, además, hay dos fabulosas joyerías: Sauer (que también vende minerales) y H.Stern. Excelente calidad y plenas garantías.... eso sí, los precios no son baratos, aunque muchas piezas sí lo son, en comparación con España.
En los enlaces veréis los lugares de situación de las tiendas. Sauer, concretamente, tiene una tienda en la zona de Ipanema y otra en el Pan de Azúcar. Si queréis comprar, incluso os irán a buscar en taxi.

Y, bueno... llevamos ya mucho rato sin comer nada, ¿no?. Pues vamos a poner solución a este problema: me falta por contaros dos comidas y una cena, jejeje.

Empezaremos por un café tradicional, la Confitería Colombo. 


Este café-confitería está en el centro histórico de la ciudad, y fue fundado en 1894. Tiene otras sucursales, una de ellas en el fuerte de  Copacabana, del que ya hablamos. Está abierto para desayunos, para tomar café, para meriendas (tienen lo que llaman un "buffet de té", hasta las 7 y media), y comidas estilo buffet. Nosotros fuimos a comer: el buffet está bastante completo, con postres muy ricos.
Como el propio nombre del sitio ya indica, venden también todo tipo de dulces, tés, café..


Merece la pena visitarlo, aunque sólo sea para tomar un café y un dulce, porque la decoración impresiona, te traslada a otros tiempos.
Aquí, una vista del salón inferior, desde el piso superior.


Y, claro, ya que está uno en Brasil, no podía faltar la comida en una churrasquería tradicional. En nuestro caso, la churrasquería Carretão. Hay varias sucursales, nosotros comimos en la de Ipanema.


Supongo que la mayoría de vosotros ya conocéis cómo funcionan las churrasquerías brasileñas. Normalmente, hay un buffet de ensaladas y diversos entrantes (o bien os pondrán en la mesa una variedad de platos de picoteo), y después los camareros os irán ofreciendo diversos tipos de carne a la parrilla, insertados en una especie de "espadas", y os cortarán la cantidad que queráis. Hay ternera, cerdo, cordero, pollo, casquería... todo de excelente calidad.


(Aquí, como veréis, me he tenido que volver loca con las pegatinitas, pero es que no había ninguna foto en la que no saliera medio grupo, jajajaja).
Para indicar a los camareros si queréis que os sirvan de la pieza de carne o no, se utiliza este sistema:


Se pone en lugar visible el cartoncito del "Sí" o el del "No", y así les indicamos si queremos que nos sirvan ese corte o no.

Y, por último, vamos a buscar un lugar para cenar. Esta vez hemos escogido uno de los restaurantes emblemáticos de Río, el restaurante Aprazível.


Este restaurante está situado en el barrio de Santa Teresa, un barrio bohemio, lleno de encanto, que me recuerda un poco al barrio de Alfama, en Lisboa. Sin embargo, Alfama es de origen más popular y humilde, y en Santa Teresa uno puede encontrarse con antiguas mansiones y pequeños palacetes. 
Fue un barrio en el que se establecieron, inicialmente, personas adineradas y de clase alta, pero a partir de la segunda mitad del siglo pasado comenzó a decaer, decadencia que se prolongó hasta principios de este siglo, cuando, de nuevo, artistas e intelectuales comenzaron a fijar su residencia en él.


De todas formas, recomiendan no confiarse demasiado a la hora de internarse en las callejuelas de este barrio, y limitarse a pasear por las calles más amplias, y de día, evitando las calles poco transitadas.
Como nosotros íbamos a cenar, utilizamos taxis. Y, hablando de este medio de transporte, se recomienda cogerlo, de día, en las paradas (nosotros no tuvimos ningún problema). De noche, es mejor que pidan los taxis desde el hotel o restaurante -que es lo que nosotros hicimos-, no conviene parar taxis en la calle (porque a lo mejor no son taxis "legales"). También funciona la aplicación de Uber, según me han contado (yo no la usé).
Volviendo al restaurante, está situado en lo alto de una colina (el "Morro de Santa Teresa"), y goza de unas maravillosas vistas de la ciudad. La decoración es muy original, con unas agradables terrazas donde cenar al aire libre.

Tiene una cocina moderna, inspirada en la cocina tradicional brasileña (sobre todo de las regiones mineras), y con productos frescos y naturales. 

Mi plato favorito fue uno de los entrantes: el palmito fresco asado, que sirven en una media caña de bambú, con un "pesto"de aceite, albahaca y anacardos. Nunca había probado el palmito fresco (sólo en conserva), y jamás había visto palmitos de ese tamaño, pero es que, además, estaba absolutamente delicioso. Un sabor sorprendente.



Todos los platos resultaron muy originales y deliciosos. Yo tomé el "pescado tropical", a la parrilla, con salsa de naranja, y acompañado de banana asada, y arroz cocinado en leche de coco, con frutos secos. Muy bueno también.



Y, en fin, con el estómago lleno, ha llegado la hora de despedirse de Río de Janeiro. Si no os he aburrido mortalmente, os espero en la próxima entrada "viajera" (aunque supongo que antes habrá alguna otra "culinaria").
Gracias por haber llegado hasta aquí, y espero que os haya gustado.





Comentarios

  1. Una vez tomadas las convenientes medidas de seguridad, el viaje es la mar de interesante, a mi me gustaría hacerlo también, pero en mi caso después de otros, me temo que en estas cuestiones nos llevas mucha ventaja. Enhorabuena por haberlo disfrutado tanto.
    Un beso

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    1. La verdad es que nos gusta mucho viajar, sí, y todos los años procuramos hacer algún viaje (sólo el 2011, por diversas circunstancias familiares y económicas, no lo hicimos). Pero es una de nuestras principales aficiones.
      Me alegro de que te haya gustado la entrada. Un beso.

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  2. Vaya viaje mas bueno , viene muy bien tus recomendaciones , unas fotos muy bonitas besitos

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    1. Muchísimas gracias por tus palabras, guapa. Un besote.

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  3. Marga desde luego sabes cómo ponernos los dientes largos, Jajajaja..., no diré nunca jamás, pero no creo vaya a Brasil, no porque prejuicios, porque ya sabemos que las cosas se ven de otro modo, juzgándolas por nosotros mismos, no está en mis viajes pendientes, por la distancia básicamente.
    Pero me gusta Brasil, creo que es un lugar que en general transmite luz y alegría, y yendo bien organizados no hay porqué tener malas experiencias, a la vista está que leyendo tu post, me hace pensar en que quizás cambie de opinión para un futuro destino de vacaciones.
    Me alegra que lo hayas disfrutado tanto. Besos.

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    1. Así es, es un país lleno de luz y alegría, y los brasileños en general son gente amable, abierta y acogedora. La verdad es que yo lo he pasado estupendamente, y como ya os comento en la entrada, iba con bastante prevención, así que me alegro muchísimo de haberme equivocado.
      Un beso.

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    2. Y, en cuanto a lo de no decir nunca jamás, jejejeje.... Yo dije que nunca jamás volvería a Río, en 1994, y ya me veis.
      Así que nunca se sabe.
      Besos de nuevo.

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  4. Como nos pones....menuda envidia de viaje. Si algún día puedo, seguro que iré. Mi hija estuvo hace años y se quedó con ganas de volver y con tus fotos más lo bien que nos lo cuentas.... Me dejas con las ganas. Precioso viaje. besinos

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    1. Sí, la verdad es que ha sido un viaje precioso, merece la pena.
      Besos, y gracias.

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  5. Que cara de felicidad se os ve,y eso habla por todo lo demas.......en todos los sitios que se vaya hay que guardar las mínimas reglas de seguridad.........eso si no en todos es la misma pero viendo las fotos y los que nos cuentas no hay que descartar este pais tan maravilloso
    Muchos besitos amiga y gracias por compartir

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    1. No, siendo prudentes, es una pasada de viaje, merece la pena.
      Gracias a ti por leerme, y un beso.

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  6. Un viaje fantástico, no he estado nunca en Brasil y creo que es de los lugares a visitar. Tengo amigos asentados allí y me explican maravillas. Por las fotos veo lo bien que lo pasásteis. ¡Qué bonito es viajar y cuanto se aprende. Un beso

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    1. Es un país increíble, merece mucho la pena, sí.
      A mí me encanta viajar.
      Un beso, guapa.

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  7. No he estado en Brasil más que haciendo escala en el aeropuerto, pero no salimos obviamente. Como cada país tendrá sus zonas buenas y las menos recomendables pero es que a veces olvidamos el sentido común cuando cogemos las maletas y creemos que estando de vacaciones nada malo puede ocurrir. No es que me pase a mí, prudencia debería ser mi segundo nombre, jajaja , pero conozco mucha gente a la que se le va la pinza en cuanto sale de casa. Tus recomendaciones vienen muy bien, no es que piense viajar allí proximamente pero oye, nunca se sabe. Las fotos son preciosas y los restaurantes y demás es de lo que más me atrae cuando viajo. Me alegro que hayáis disfrutado a tope.
    Un besote

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    1. Sí, hay gente muy loca, gente que quiere vivir "experiencias exóticas", y que no reflexiona un poquito.
      Y siempre hay que mantener la prudencia, no digo que exageremos (ya ves que yo hago viajes a veces no muy convencionales), pero tampoco se puede perder la cabeza y no darse cuenta de dónde está uno.
      Muchas gracias, guapa, y un beso.

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  8. Guau, que fotos tan magnificas, no es uno de mis destinos preferidos pero como tu, no digo de este agua no beberé, me ha encantado el reportaje.
    Besitos guapa

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    1. Ya te digo, tampoco era de mis destinos a elegir, pero me ha encantado. Y esto es lo más turístico, ya veréis las otras entradas.
      Un besote.

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  9. Hola Marga. Entrar a visitarte en tu blog es saber que los dientes nos van a crecer de pura envidia porque las entradas que nos ofreces de tus viajes son una auténtica maravilla. Ya llevo unos cuantos años viendo tus recorridos y lo cierto es que dan ganas de poder acompañarte al próximo jj, pero ello es imposible, aunque dicen que esa palabra no significa que no pueda efectuarse.
    En los viajes que he hecho no he saltado el océano ni en barco ni en avión. Lo más lejos que he estado ha sido en Skopie y no fue precisamente en viaje de turismo jj.
    Siempre que uno se decide a viajar, especialmente a zonas un tanto problemáticas, es bueno atender a las recomendaciones que suelen dar quienes han estado o de aquellas que con mayor conocimiento de causa te las indican. Y creo que tú has dado unas recomendaciones estupendas que no deben apartar quienes se decidan a ir de viaje a ese lugar.
    Cuanto más se sepa tanto mejor.
    Un recorrido estupendo el que nos has mostrado tanto en paisajes como en lo que se refiere a gastronomía.
    Sin duda lo has debido pasar en grande. Me hace gracia lo de tapar las caras de tantas personas. No sé si es que no querían que se les viera o que al no conocerlas has optado por hacerlas anónimas jj.
    Marga, haces unos viajes que dan envidia.
    Buen fin de semana.
    Un abrazo.

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    1. Jajajaja, lo de tapar las caras lo hago porque son amigos, y sé que no quieren salir en internet. Procuro evitar las fotos con gente, salvo que se trate de mi marido o de mí, pero hay casos en que no me queda más remedio que utilizar fotos con otras personas (porque son las mejores, o porque no hay más), y entonces recurro a las pegatinas.
      Muchísimas gracias por tus palabras, me alegro de que te haya gustado la entrada, y a ver si te gustan las tres que faltan.
      Un abrazo.

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  10. Hola, Marga:

    Ya sabes que adoro leer tus entradas de viajes. Es una manera de conocer mundo a pesar de mi salud. Me meto en tus relatos y es como si estuviera ahí. Nunca he estado fuera de Europa y solo conozco parte de Italia, de Francia y de Portugal (incluida Madeira). Como ves, muy poco y dudo que viaje mucho más. Así que muchas gracias por estas maravillosas entradas donde relatas tan bien tu experiencia y nos dejas tantos consejos.

    Un beso y feliz semana, guapa.

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    1. Muchísimas gracias, guapa. A mí me encanta contaros mis pequeñas experiencias. No pretendo -ni muchísimo menos-ser una guía de viaje, pero, si estas historias pueden entretener un poco, o incluso ser útiles a quienes vayan a visitar determinados sitios, me alegraría mucho.
      Un beso.

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  11. Creo que en cualquier país o ciudad hay zonas que mejor evitar. Incluso en Europa. Viviendo en París te digo que hay zonas donde la poli no va de noche...
    Pero con unas precauciones por tus fotos y detalles me parece un viaje espectacular. O así es esta primera parte!
    Besos,
    Palmira

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