Brasil (III). Salvador de Bahía


(Calle del Pelourinho)


(Enlaces a la PRIMERA  (Río de Janeiro) y SEGUNDA (Amazonas)entradas del blog sobre Brasil)

La tercera etapa de nuestro viaje por Brasil fue Salvador de Bahía, ciudad fundada en torno a 1549 y que, durante dos siglos, fue la ciudad más importante de Brasil (y su capital). 
Desde el primer momento, fue un puerto importante para el tráfico de esclavos, y ello dio lugar a que se establecieran en ella numerosos pobladores de origen africano, tanto los esclavos como los que, paulatinamente, iban quedando libres de la esclavitud. Hoy en día, es la ciudad con mayor población negra fuera de África (el 80% de su población es afrodescendiente); por consiguiente, su cultura, su música, y su gastronomía tienen una enorme influencia africana.



(Pelourinho)

Es una ciudad que no deja indiferente: llena de colorido y de vida. Eso sí, tengo que decir que, para mí, desprende una energía extraña, como si estuviera muy cargada... ya sé que a mucha gente esto le parecerá una chorrada, pero es la sensación que percibí nada más llegar a Salvador, no lo puedo evitar.
Y eso no impide que siga siendo un lugar maravilloso.

Como digo, lo africano impregna toda la vida de Salvador. Y en esta ciudad se ha llegado a un curioso sincretismo religioso, que combina el catolicismo con religiones africanas.
Los esclavos que procedían de África practicaban sus propias religiones, de tipo animista, de las que surge el candomblé, pero, al llegar a Brasil, se les bautizaba, y la única religión oficialmente permitida era la católica. Por ello, y para evitar que se les descubriera practicando otra religión, los africanos recurrieron al "truquillo" de identificar sus dioses (los "orixás") con santos católicos. Lo cual dio lugar a un sincretismo en el que se mezclaban las dos religiones, el candomblé y el catolicismo.
Hasta hace relativamente poco, estuvo prohibida, pero hoy se practica con toda normalidad, aunque, como digo, hay muchas prácticas mezcladas. Podemos encontrar espectáculos de rituales candomblé, pero son básicamente para turistas: los practicantes de esta religión los llevan a cabo en sus iglesias, y son un culto, no un espectáculo (aunque en algunos casos se puede asistir a ellos libremente).
Este sincretismo religioso y cultural es algo constante en todo Salvador de Bahía.

(Cintas en el santuario del Señor de Bonfim)

RECOMENDACIONES DE SEGURIDAD.

Aquí, más aún que en Río, recomiendo encarecidamente NO LLEVAR JOYAS DE ORO (con o sin piedras preciosas), ni tampoco imitaciones de bisutería (insisto en que el ladrón no distingue si la joya es "buena" o falsa), NI RELOJES CAROS, ni ropa de marca con logotipos grandes, ni exhibir móviles o cámaras de alta gama. Aunque el centro histórico está muy controlado por la Policía Militar (básicamente, para proteger al abundante turismo), no conviene tentar a la suerte. 
Como comenté en la entrada de Río, es mejor ser discretos, hacer las fotos rápidamente y guardar móviles o cámaras, y llevar riñoneras. Aunque se nos identifique fácilmente como turistas, por lo menos no haremos ostentación de nada caro y seremos menos "interesantes" para el ladrón.



Tampoco conviene "callejear" demasiado, apartándose de las calles principales. El perímetro del centro histórico, de día, está muy bien vigilado, pero, si nos metemos por los callejones, puede que acabemos fuera de la zona protegida, lo cual implica correr riesgos.
Y ojo con los que quieren colocarnos pulseritas o cintitas, pintarnos una parte del cuerpo, o hacerse una foto con nosotros, con vestidos tradicionales. Muchas veces, es un truco para pillar despistado al turista y robarle (y el hecho de llevar la cintita puesta nos identifica ya claramente como turistas, además). En el mejor de los casos, pretenderán cobrarnos algo.


Observé que, cuando hacíamos la pregunta sobre si era seguro pasear o quedarse tomando algo por el centro,  todo el mundo repetía lo mismo: "Sí, bien, no hay problema...hasta las 9”.  Lo de "hasta las 9" era una constante: a esa hora, cierran los últimos comercios y algunos restaurantes, y la gente desaparece del centro.
Pero, incluso desde las 6 y media-7, cuando empieza a caer la tarde, uno percibe que el ambiente comienza a cambiar, sobre todo a medida que nos apartamos de las calles más importantes y, por ejemplo, nos dirigimos desde el Pelourinho al Convento do Carmo. De noche no es nada recomendable moverse por allí.
(De hecho, esta foto está tomada desde el hotel).



De noche, si se quiere cenar o salir de "marcha", es mejor dirigirse al barrio de Río Vermelho, en taxi o Uber (es mejor pedir los taxis desde el hotel, restaurante o bar, o cogerlos en sus paradas oficiales, y los Uber pedirlos mediante su aplicación de móvil, para evitar "sorpresas").
De ese barrio no puedo recomendar nada porque yo no salí, pero me cuentan los amigos que salieron que está lleno de pequeños bares y restaurantes, estupendos para picar algo y tomar unas cervezas o caipirinhas, todo con un ambiente muy animado, y sin más problemas que los que uno pueda encontrarse en cualquier zona de "marcha".

El punto turístico imprescindible de Salvador de Bahía es el PELOURINHO, barrio declarado Patrimonio de la Humanidad.


El barrio del Pelourinho, en el centro histórico de Salvador, debe su nombre a la columna de piedra, situada en una de sus plazas (que también lleva este nombre), a la que se ataba a los criminales, o a los esclavos que querían huir o habían cometido algún delito, para castigarlos o azotarlos. 
Esta columna se retiró ya hace tiempo, pero el nombre permanece.
En este barrio, inicialmente, se establecieron personas de clase alta, aunque posteriormente entró en decadencia porque los más ricos se desplazaron hacia barrios más nuevos. Con la abolición de la esclavitud, en 1888, recobró su esplendor, aunque no como barrio "rico", sino como centro histórico y artístico de la ciudad.
Hoy, sus casas y locales acogen tiendas de "souvenirs" y de artesanía, talleres de artistas y artesanos, locales de música, bares, restaurantes... Es una zona llena de encanto y color (aunque, insisto, es preferible visitarla de día, y, si se nos hace un poco tarde, pedir un Uber o un taxi para salir del barrio).

Esta iglesia de fachada azul se llama Nossa Senhora do Rosario dos Pretos, cuya fachada es una mezcla de los estilos barroco y rococó. 


 


"Preto" significa “negro” en portugués, y la iglesia tiene ese nombre porque fue construida, para el culto de los esclavos,  por negros que ya eran libres. Es una iglesia en la que, según dicen, se puede apreciar bastante el sincretismo religioso en los cultos (los martes, de hecho, hay una misa católica pero con elementos de los cultos afrobrasileños).

El centro histórico es fácil de recorrer; eso sí, llevad calzado cómodo porque las calles son empedradas y las cuestas, empinadas, como podéis apreciar en esta foto.
La casa con la fachada azul alberga la Fundación Jorge Amado, establecida por este famoso escritor brasileño.



Ésta es la plaza de la Sé (la catedral), con un busto de Pedro Fernandes Sardinha, primer obispo de Brasil, (que tomó posesión del cargo en 1552). La zona está llena de pequeños chiringuitos que sirven zumos de frutas tropicales y de açaí, caipirinhas y caipiroskas (caipirinha hecha con vodka en lugar de "cachaça"), y también de puestos de recuerdos y artesanías.



También encontramos buenas compras de artesanía, además de los típicos recuerdos, en las tiendecitas del Largo do Pelourinho y calles cercanas.


Por ejemplo, éste es un collar con los colores de los distintos  "orixás",y un amuleto de plata y concha.

Vamos a hacer una pequeña visita del interior de la Catedral de San Salvador, dado que, no sé por qué, no tengo fotos decentes de su exterior.  Se encuentra, también, en el barrio del Pelourinho.
Inicialmente, fue la iglesia del colegio de los jesuitas,
Aquí podemos ver un relicario, con las imágenes de los santos a los que corresponde cada reliquia.


Vista de la bóveda.


Y aquí,una imagen del altar.


Y la sacristía, con una decoración muy rica, y una imagen de la Inmaculada Concepción.





Cambiamos de templo ahora, aunque no nos vamos demasiado lejos, y vamos a conocer la iglesia más espectacular de Salvador, cuya construcción se inició en 1686, sobre las ruinas de un templo anterior.
Cuando uno llega a la iglesia del convento de San Francisco, con una fachada, aunque barroca, bastante sencilla, no se espera la explosión del barroco brasileño que se encuentra en su interior.


Aquí lo tenéis: todo un despliegue de tallas de angelitos, flores tropicales, volutas, animales, que cubren paredes, techos, columnas... en un estallido barroco. Prácticamente, no hay espacios vacíos.


Una perspectiva de la iglesia, con el altar mayor y dos pequeñas capillas laterales. Kilos de láminas de pan de oro recubren las paredes.


Es realmente espectacular, aunque tanto barroco llega a agobiar un poquito, jejeje. Es el barroco más exuberante que he visto nunca.
Y éste es el claustro del convento, que a mí me llamó la atención de manera especial, quizá porque me gusta mucho el azulejo blanco y azul de estilo portugués (tantos años viviendo al lado de Portugal dejaron su huella). Estaba en fase de rehabilitación.


Otra perspectiva del claustro. Los azulejos representan escenas de la vida de San Francisco.




Dando un pequeño salto en el espacio, nos vamos ahora a la plaza en la que se encuentra el Palacio del Gobernador, cuyo nombre exacto es "Palacio de Río Branco". Es uno de los más antiguos de Brasil, y en él se estableció la residencia del gobernador del estado de Bahía. Posteriormente, cayó en desuso, y sufrió un enorme deterioro hasta que fue restaurado en 1984


Se visita la planta baja, perfectamente cuidada y restaurada, pero sin mueble ninguno,  con estas fantásticas terrazas sobre el mar...


... y con esta escalera de peldaños de cristal, en el salón de entrada (no se puede subir).





Muy cerca del Palacio del Gobernador se encuentra el ascensor Lacerda, que lleva al Mercado Modelo.



En la foto anterior, y en ésta, podemos ver, en medio del mar, el Fuerte de São Marcelo, que también funcionó como prisión.




Y ahora nos toca recorrer el MERCADO MODELO.


Es una nave inmensa, de dos plantas, llena de pequeñas tiendecitas, y con algunos bares y restaurantes populares.
Es curioso de ver, aunque me resultó un poco excesivamente turístico. Todas las tiendas venden más o menos lo mismo: camisetas con dibujos muy similares, amuletos, bisutería, llaveros con las cintas del Señor do Bonfim, faldas de bahiana, pareos, bolsas con logos de Salvador o de Brasil, colgantes con la palabra "AXÉ" (un estilo musical que representa a Salvador de Bahía)... 
No está mal para comprar algún recuerdillo o detalle para regalar, pero, si buscáis más calidad, pocos puestos la tienen. Sí encontramos algunos con mejores productos, como uno que vendía instrumentos musicales curiosos, por ejemplo.
También se regatea, por lo visto. Pero a mí Dios no me llamó por el camino del regateo: soy malísima, me harto, me aburro, me parece una pérdida de tiempo, siempre tengo la sensación de que haga lo que haga me timan, y prefiero un precio fijo y decidir si puedo y quiero permitírmelo o no. Por lo tanto, no regateé.
A la entrada del mercado, nos encontramos con una escuela de capoeira. Como podéis ver, dejaban participar a "espontáneos" no bahianos, jajajaja.




Las escuelas de capoeira suelen montar sus pequeños "espectáculos" espontáneos (exhibiciones) en la calle, cerca de atracciones turísticas, o en plazas grandes. Ponen su música, practican la capoeira, y recogen donativos para colaborar con su funcionamiento. 
Hay también exhibiciones de capoeira en locales cerrados, para turistas, pero son mucho más auténticas estas pequeñas exhibiciones callejeras. En el vídeo que inserto al final de la entrada los podéis ver "en acción" (a ellos, no a los que se unieron, jajajaja).

Nos trasladamos ahora al barrio de RIBEIRA.
En él se encuentra esta curiosa casa, el Solar Amado Bahía.  Ahora, parece ser, alberga un “museo del helado”, con heladería y tienda de regalos; antes era la casa de la familia de  un rico propietario de la zona, que fue construida entre los años 1901 y 1904. Después, quedó abandonada, hasta su restauración en tiempos recientes.



No entramos, sólo la visitamos por fuera.
Pero el barrio de Ribeira merece un pequeño paseíto.




Es un barrio costero de ambiente popular, con muchas barcas de pescadores varadas en su playa, heladerías, y restaurantes económicos.




Está de camino al santuario de Bonfim, por lo que, normalmente, se visita antes de ir a éste. 

Un poco más tarde hablaré de él, pero ahora quiero mostraros el hotel en el que nos alojamos, que también es un punto de interés turístico: el HOTEL CONVENTO DO CARMO


Es un antiguo convento de los carmelitas, reconvertido en hotel, que constituye un oasis de tranquilidad en pleno centro de Salvador de Bahía. Fue construido en 1586.
Desde 2005, funciona como hotel, el primer hotel histórico de lujo en Brasil.




Las habitaciones, aunque han respetado la estructura de las antiguas celdas,  son cómodas y espaciosas. Es más, la cama es la más grande que he utilizado en mi vida, no sé si mide 2,20 de ancho o 2,30.



Los que no se alojan en el hotel pueden visitar los claustros y la iglesia, y tomar algo en el bar (que cierra bastante temprano, no recuerdo bien si a las 9 o a las 10), o restaurante (que cierra a las 11). También hay un museo, aunque está en restauración.



El restaurante es muy tranquilo y agradable.



El hotel conserva la estructura del convento (con las habitaciones modernizadas, y añadiendo servicios nuevos, como un gimnasio). Así, nos encontramos con dos pequeñas capillas, una en la planta baja y otra en el primer piso. Ésta es la de la planta baja, decorada con azulejos de estilo portugués.



Y ésta está en la planta primera. Esta segunda capilla la descubrimos, por primera vez, de noche, y hay que reconocer que impone un poquito de respeto, con esa cruz en el suelo, jajaja. Algunos se llevaron un susto tremendo (y algún gracioso se escondió en el hueco de la pared e incrementó aún más el susto, jajajaja).




La piscina es una antigua alberca, reformada. Resulta muy agradable, con sus "camas" gigantes de madera y paja alrededor del borde, en las que se puede tomar algo mientras nos relajamos. También hay unas masajistas que atienden a los clientes en el mismo claustro. Yo no me di masaje, pero varios del grupo, entre ellos mi marido, sí, y les gustó.



Y ésta es la Iglesia do Carmo, aneja al convento.



Y llegamos, por fin, al SANTUARIO DEL SEÑOR DE BONFIM, uno de los símbolos de Salvador de Bahía.
No sé por qué extraña razón, no hay fotos de su fachada (ni siquiera "con personas"), pero sí de su interior... y de las cintas del Señor de Bonfim, por supuesto.
Aparte de ser el patrón de los bahianos, el Señor do Bonfim es uno de los ejemplos de ese sincretismo religioso del que hablábamos, puesto que los practicantes del candomblé lo identifican con Oxalá, uno de sus "orixás" o dioses.
En cualquier caso, es un santuario que no sólo es visitado por los turistas, sino que siempre está lleno de bahianos, que tienen  una enorme devoción al Señor de Bonfim, y que, el segundo jueves de enero, celebran una fiesta, con una curiosa mezcla de tradiciones católicas y afrobrasileñas, llamada "Lavagem (lavado) do Bonfim".



De esa devoción dan fe los numerosísimos exvotos que nos encontramos en su interior, de personas que agradecen al Señor de Bonfim la curación de alguna enfermedad grave, o la solución de algún problema importante.



Los exvotos, de cera o plástico, en muchos casos, adoptan la forma del órgano al que afectaba la enfermedad. Como veis, aquí hay cabezas, pies, cuerpos enteros... y pulmones (lo de los pulmones impresionaba un poquillo...).




Y aquí veis las cintas, que también aparecían en una de las primeras fotos de esta entrada. Las cintas del Señor de Bonfim, tradicionalmente, medían lo mismo que el brazo de la estatua del Señor. 
Estas cintas se atan a la muñeca, o en algún lugar de la iglesia. Se hacen tres nudos, y se piden tres deseos; la tradición dice que estos deseos se cumplirán si la cinta se acaba deshaciendo, bien en tu muñeca o donde se haya atado.
La reja que rodea al santuario está llena de cintas. Pero no sólo se atan en esa reja,  sino en todo espacio o superficie que lo permita: manivelas, pomos y adornos de las puertas, verjas interiores, rejas de las ventanas…


...en todas partes, como veis. Resulta muy llamativo verlas moverse con el viento.


Nosotros, por supuesto, dejamos todos nuestras correspondientes cintas, con nuestras peticiones.Siempre hay algo que pedir, y... ¿por qué no probar?.

A la salida del santuario, nos dirigimos al fuerte de Monte Serrat, que está en el barrio llamado "Cidade Baixa"...



...al lado del cual hay un pequeño chiringuito donde se puede tomar, fundamentalmente, agua de coco, directamente del propio coco.


Dicen que es uno de los mejores sitios de Salvador para contemplar las puestas de sol, yo no lo puedo afirmar porque estuve a las 12 de la mañana, jajaja.

Otro punto característico de Salvador es el Faro de Barra.




Junto al faro, hay unas estupendas playas y calas.






Y no podemos terminar esta entrada sin buscar sitios donde COMER, que tanta visita cansa y consume calorías, jejeje.
Voy a recomendar dos sitios que visitamos, aparte del restaurante del hotel, que también está bien.


No os puedo poner fotos porque en todas sale medio grupo, y no son fáciles de editar. Pero sí que os lo recomiendo mucho, nos gustó.
Es un restaurante estilo  rodizio-churrasquería brasileña, pero, además, tiene un espectacular buffet, con buenísimas ensaladas, un sushi de muchísima calidad, y un excelente pescado. 
Está junto a la playa de Pituaçú.



Este museo cuenta con un restaurante, una escuela de cocina, librería y cafetería. Pretende conservar la cocina tradicional de Bahía, que, como ya os comenté antes, tiene una enorme influencia africana.
El restaurante es tipo buffet, atendido por camareras que visten el traje tradicional bahiano.




Es un buffet muy completo, que permite conocer bastante bien la gastronomía típica de la zona. A mí me gustó conocerla, pero he de admitir que no es mi estilo favorito de cocina, me resulta un poco pesada y demasiado condimentada. Pero, como experiencia, merece la pena.



Algunos de los platos típicos de esta cocina son:
El Acarajé (una especie de bollo de harina de frijoles, que se fríe y se rellena de una salsa de gamba o camarón, pimienta y cebolla.
Moqueca: guiso en cazuela de barro, con marisco, pescado, cilantro, tomate, especias, y leche de coco. En este restaurante se pueden probar un montón de variedades: con ostras, cangrejo, bacalao, diversos pescados de la zona, gambas, calamar, pulpo, mejillones...
Muchos dulces con coco, especialmente la cocada, y también el "quindim de coco", parecido a un tocinillo de cielo, pero (obviamente) de coco. También hay otros postres de piña, anacardo, plátano, pero destaca, sobre todo, el empleo del coco.


Y, con la comida, terminamos esta entrada. Pero, como "postre" os dejo un pequeño vídeo-resumen de Salvador de Bahía, con las imágenes más destacadas.
Espero que os guste.




Comentarios

  1. Si las fotos me parecen una maravilla con ese colorido, calles, lugares, gentes, aunque no sean muy de fiar, cuánto más me gustaría visitar la zona. Digna de ver y recorrer, diferente, pintoresca e interesante. Un viaje para disfrutar y recordar.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, la verdad es que ha sido un viaje precioso. Y sí, Salvador tiene un colorido increíble.
      Besos.

      Eliminar
  2. Holaaa!!!! me encantaaaa,ya que no podemos viajar me has tranportado con tu maravillosa entrada a unas mini vacaciones, en esos momentos alegra la vista y la imaginación....graciasss!!!

    ResponderEliminar
  3. Que bonito se ve muy colorido y me encantaria ver besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es una ciudad llena de color y alegría.
      Un besote, y gracias.

      Eliminar
  4. Como siempre impresionantes fotos👌con ellas y lo bien que lo cuentas, me parece estar allí. Un vieje precioso 🤗besinos wapa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, me alegro de poder haceros "viajar" un poquito, en estos días en los que nos toca estar encerrados...
      Besos.

      Eliminar
  5. Que belleza de viaje....y sin duda tus fotografias son espectaculares!!......dan ganas de ir....aunque ahora debemos esperar.....Abrazotes, Marcela

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, ahora sólo podemos viajar virtualmente, jejeje. Esperemos que esto del coronavirus pase pronto.
      Un beso, y gracias.

      Eliminar
  6. Marga qué bonito y qué bien contado, da pena no estar allí para disfrutar todas esas maravillosas cosas que nos enseñas. Echo de menos fotos de los platos de comida, siempre me resultó algo importante en mis viajes, que viéndote a ti, echo un montón de menos.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé lo que me pasó en esta etapa del viaje, siempre fotografío lo que como, sería la energía de Salvador, jajajaja. En Río sí que hice fotos de la comida.
      Me alegro mucho de que te haya gustado, guapa. Un beso.

      Eliminar
  7. Qué colorido por todas partes y el cielo tan azul, es muy bonito. Con tus explicaciones detalladas parece como si estuviéramos callejeando nosotros mismos. La pena es que a partir de ciertas horas haya que andar con mucho cuidado.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, afortunadamente el resto del día se disfruta mucho, la verdad es que es una ciudad preciosa.
      Besos, guapa.

      Eliminar
  8. Que entrada más oportuna para estos días que estamos recluidos en casa. Un viaje fantástico, bien explicado y aderezado con todas esas fotografías, un 10. Me ha encantado el colorido y me gustaría probar esos platos que nos mencionas.. Un viaje para recordar.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, desde luego. Fue un viaje estupendo. Y aún lo valoro más,pensando en que este año va a ser difícil viajar a ningún lado, con esto del coronavirus y todas sus consecuencias...
      Un beso, y gracias.

      Eliminar
  9. Una entrada maravillosa, unas fotos espectaculares, me quedo tranquila viendo las fotos que haces, mi marido cuando salimos de viaje me llama la loca de las fotos, me encanta fotografiarlo todo.
    Ahora toca cuidarse en casa para que pase pronto esta locura que estamos viviendo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja, creo que el único sitio en donde no me hinché a hacer fotos fue Auschwitz,y eso fue porque me puse malísima, es terrible. En los demás viajes, fotografío todo.
      Sí, ahora sólo podemos viajar de manera virtual. Esperemos que todo esto pase pronto.
      Besos.

      Eliminar
  10. Qué bonitas fotos con siempre lo que nos cuentas con detalles y experiencias. Estas imágenes son fantásticas para viajar sin salir de casa estos días que estamos todos encerrados entre 4 paredes.
    Besos y cuidaos mucho.
    Palmira

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de haceros viajar un poquito, en estos días de confinamiento. Gracias por tus palabras, y un beso.

      Eliminar
  11. Hola, preciosa:

    ¿Cómo estás? Espero que tú y tus seres queridos estén muy bien. Me imagino que por temas de salud, tú también estás considerada persona de alto riesgo, como en mi caso. Así que cuídate mucho, por favor.

    Qué bueno entrar en tu blog en estos momentos, ahora más que nunca, y poder viajar con tu post a través de tus fotos y relatos. Me ha encantado ver esas casas tan coloridas o el interior de la iglesia del convento de san Francisco (resultan muy llamativas las filigranas realizadas en las láminas de pan de oro). Muchas gracias por tu artículo. La cama se ve grandísima. ¡Qué gusto dormir ahí!

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuídate tú también, guapa. Son tiempos complicados.
      Me alegro de que te haya gustado el viaje virtual, la verdad es que es una ciudad espectacular, muy especial.
      La cama era tremenda, yo creo que cabrían perfectamente 4 personas.
      Un beso, y gracias.

      Eliminar
  12. Madre mis mi querida amiga cuanto disfrutó con tus entradas viajeras q bonito todo lo q pones y como me pasa como a ti q soy unas viajera empedernida lo disfrutó ese hotel monasterio me ha vuelto loca En estosomentos q corren una entrada como esta te da la vida Mil besicos cielo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El hotel era una pasada, y, además, se respiraba tranquilidad, lo que se agradece en una ciudad tan bulliciosa como Salvador, jejejeje.
      Me alegro mucho de que te haya gustado,y te haya servido para evadirte un poco de todo esto del coronavirus.
      Un besote, y gracias.

      Eliminar
  13. Hola Marga. Es todo un espectáculo ver las imágenes que nos has puesto de tu viaje. Antes de continuar me intereso por si estás bien, espero que sí y que el confinamiento que nos toca sea lo más breve posible aunque me da que será un poco largo.
    Todas las fotos que has puesto son una maravilla. En todos lugares hay muchas cosas dignas de ver y el recorrido que nos muestras da clara muestra de ello. Me ha encantado el paseo que nos has propuesto.
    ¡Cuídate!
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Juan, afortunadamente estamos todos bien. Yo también me temo que esto va para largo...
      Me alegro de que te haya gustado esta entrada. Un abrazo, y gracias.

      Eliminar

Publicar un comentario

Gracias por tomarte el tiempo y la molestia de dejar tu comentario. ¡Me encanta saber que estáis ahí!
Así que ya sabéis: si tenéis algo que decir, hablad ahora... o callad para siempre, (¡que noooo, que es broma, hablad cuando os dé la gana, jejeje!.