Viaje a Alemania y Francia 2022/3ª parte: Espira y Estrasburgo


(La foto de cabecera es de Estrasburgo, Palacio de Rohan, en la "Place du Château")

Y vamos ya con la (pen)última entrega del viaje de este año (iba a ser la última, pero me enrollé).

En esta ocasión, además de Alemania, vamos a adentrarnos un poquito en Francia, aunque se trata de una zona (Alsacia) que ha sido muy disputada entre ambos países, y en la que es muy frecuente que sus habitantes hablen tanto francés como alemán (aparte de alsaciano).

Nos habíamos quedado, en la anterior entrega, en Rüdesheim. El barco zarpó poco después del atardecer, y cenamos a bordo, contemplando, mientras navegábamos, las luces de los pueblos ribereños, de algunas ciudades un poco mayores, e incluso algún complejo industrial.

Por la mañana, llegamos a Espira (Speyer en alemán), aunque el barco no amarró en la propia Espira sino en un pueblo cercano llamado Germersheim.


Los animadores del barco habían decidido realizar actividades “lúdico-gimnásticas”, pero nosotros preferimos bajar a tierra y darnos una vuelta por el pueblo y su paseo fluvial. El tiempo era estupendo, y el plan nos pareció mucho más apetecible, jajajaja (ya os comenté en la primera entrada que no somos mucho de animaciones colectivas).

Después de comer, un autobús nos llevó a la ciudad de Espira, ("Speyer"en alemán) pequeña y tranquila. 


Destaca su catedral, construida en piedra arenisca roja, que es la mayor catedral románica del mundo y Patrimonio de la Humanidad. (En esta entrada tenemos dos grandes catedrales, una románica y otra gótica).


Una perspectiva lateral.


Aquí se aprecia un poco mejor el tamaño del edificio...


Y un detalle de sus naves.


Ésta es la cruz visigoda situada en el crucero de la catedral, que me recuerda un poco a la Cruz de la Victoria de Asturias.


Como disfrutamos ese día de un tiempo estupendo, pudimos caminar tranquilamente por la ciudad y sentarnos a tomar algo en una de las muchas terrazas de la calle principal (Maximilianstrasse, que es la que discurre desde la catedral a la Puerta Vieja).


Aquí podéis ver la Puerta Vieja (Altpörtel), una de las puertas de la antigua muralla de la ciudad, que desemboca en la calle principal.


Y ésta es la principal iglesia luterana de la ciudad, de estilo neogótico.



Hay también varios museos interesantes, pero al no disponer de mucho tiempo decidimos no visitarlos y pasear por la ciudad.

Al día siguiente llegamos a la impresionante ciudad de Estrasburgo

Lamentablemente, el maravilloso tiempo del que habíamos disfrutado el día anterior nos abandonó por la mañana, y la ciudad nos recibió con frío y mucha agua.  Pero no os penséis que el mal tiempo nos detuvo: en primer lugar, dimos una vuelta por la ciudad en autobús y vimos las sedes de instituciones europeas como el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y después ya pusimos pie en tierra y empezamos a callejear, a pesar del agua.

La visita empezó por la Petite France. 


Este pintoresco y bonito barrio era uno de los más humildes de la ciudad, donde vivían los curtidores, molineros y pescadores. Su nombre se debe a que en esa zona se construyó un hospital para tratar a los enfermos de sífilis, enfermedad que se conocía como el “mal francés”.


Hoy alberga numerosos restaurantes, tiendas de recuerdos y de productos tradicionales (queso, pan, dulces, miel..) y hoteles con encanto. En muchas de las tiendas hay degustación de los productos.

Las casas de colores, con sus entramados de vigas de madera, son un buen ejemplo de la arquitectura popular alsaciana.


Toda la zona es un entramado de brazos del río Ill (“I-L-L”, no “Tres” en números romanos, jajaja), un afluente del Rin, y de canales con esclusas, que se pueden recorrer en barco. 


En este punto, el puente (llamado “Puente del Faisán” o "Puente Giratorio") no es lo suficientemente alto como para que pasen algunos barcos, especialmente los turísticos, por lo cual tiene que girar hacia un lado para darles paso. En la foto podéis ver el puente, al fondo...


Y aquí, si os fijáis, se ve cómo el puente ha girado lateralmente para dejar paso al barco turístico que se aproxima por el canal.


Así que, si os avisan y estáis cruzando el puente, tenéis que correr para atravesarlo, o retroceder para evitar sustos.

El barrio está lleno de casitas con entramado de madera y calles estrechas, y, aunque no pudimos disfrutar de él como nos habría gustado por la tremenda lluvia, nos encantó.


Posteriormente, nos dirigimos a la zona más céntrica, a las calles que rodean la catedral (Nôtre Dame)



Esta impresionante catedral gótica tardó casi tres siglos en construirse, y hoy constituye el monumento más importante de la ciudad.


Las fotos de su fachada no dan idea de su grandeza. Además, nos costó fotografiarla, con tanta agua y viento, y en una plaza en la que es difícil coger la perspectiva adecuada.

El espectacular pórtico central de la fachada principal contiene representaciones de la pasión y la resurrección de Cristo.


El interior de la iglesia está lleno de rincones que nos dejan boquiabiertos, como este crucificado.


La mayor parte de sus magníficas vidrieras son las originales.


Y aquí podemos ver el reloj astronómico, que data de 1574 y tiene un calendario perpetuo. Todos los días, a las 12 y media, se pone en marcha el mecanismo con el que desfilan sus autómatas.

Delante del reloj se aprecia parte del Pilar de los Ángeles, que representa el Juicio Final.


Por una escalera de 330 peldaños se puede subir a la plataforma de la catedral. Yo no lo hice: el tiempo era pésimo, y una ya tiene una edad para tanta escalera, jajaja. Pero, según dicen, las vistas son estupendas.

Después de visitar la catedral, decidimos pasear por sus alrededores. El centro histórico está lleno de casas muy interesantes; la casa oscura con las vigas exteriores y las cristaleras que veis aquí es la "Casa Kamerzell", una de las más antiguas,  de estilo gótico, construida en 1427, y que hoy contiene un hotel-restaurante.


Y también encontramos buenos comercios de todo tipo, desde las franquicias de marcas que existen en todas las ciudades grandes -tanto económicas como lujosas- hasta joyerías y tiendas de productos tradicionales, y un edificio de las “Galeries Lafayette” donde nos refugiamos de la lluvia durante un ratito (y, ya que estábamos, pues hicimos alguna compra, jajaja).

Hay también muchísimos restaurantes y cafés. Nosotros entramos en un encantador salón de té y pastelería llamado “Patisserie Christian”, situado en una de las calles que desemboca en la plaza de la catedral. Tiene dos locales: en la Rue Mercière y en la Rue de l’Outre, nosotros estuvimos en el primero. 


Cuando uno entra en el pequeño salón de té, que está al fondo de la pastelería, atravesando un pequeño patio, parece que hubiera retrocedido en el tiempo y se hubiera transportado a finales del siglo XIX. Y la bollería y los pasteles están deliciosos.



Como el recorrido se ha hecho largo, nos quedamos descansando en este salón de té. Pretendía que ésta fuera la última entrada del viaje, pero voy a reservar una más para Colmar y Heidelberg, porque, entre que me cuesta eliminar fotos para publicar, y que me enrollo como las persianas, esta entrada ha resultado más extensa de lo previsto.

Espero que os haya gustado.





Comentarios

  1. A mi no se me ha hecho larga la entrada de hoy, al contrario y es que esas casitas parecen salidas de algún cuento infantil, es todo muy bonito a pesar de que en algún momento la lluvia os hizo compañía.
    Lo de los 330 peldaños, creo que yo tampoco habría subido, solo de leerlo ya me duelen las piernas.
    Espero la siguiente entrada.
    Besos.

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  2. La lluvia también vino con cielos increíblemente azules por la temporada y la zona así que la lluvia tampoco molesta para seguir este recorrido contigo. No se me ha hecho largo, porque mirar lugares con tanto encanto siempre es una maravilla.
    Me quedaré pensando si habría subido o no, que pensando cansa menos jajaja
    Besos y feliz fin de semana,
    Palmira

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  3. Un viaje precioso, y unas fotos súper bonitas. Un beso grande

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  4. Hola Marga. Gracias a ti y a tus viajes con los reportajes que nos enseñas conozco lugares que de otra forma sería imposible ver.
    La verdad es que das envidia sana ya me gustaría realizar los periplos que recorres y todos a cada cual más interesante. Me ha encantado y has hecho que te vaya acompañando, virtualmente, por cada uno de los lugares que relatas.
    Son una maravilla y muchos de ellos espectaculares.
    Gracias por darnoslos a conocer y de esa forma apreciar algo que de otra forma, al menos para mí, será difícil ver presencialmente.
    Un abrazo.

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  5. Qué viaje tan bonito!!! Nosotros estuvimos en el 2019 en Alsacia y la Selva Negra y nos encantó, Estrasburgo es maravilloso!!! Preciosa entrada.
    Besitos

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  6. Marga, encantado una vez más de que compartas con nosotros tus crónicas de vuestros viaje. Y con tanto detalle, que parece que uno ande recorriendo esas calles tan preciosas

    Abrazos y buen fin de semana!

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  7. Marga, muchas gracias por compartir estas imágenes, muy bonitas.
    Feliz celebración del amor. Paz y bien para el próximo 2023. Un abrazo.

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